Un nuevo cargo en el trabajo, la llegada de un nuevo miembro de la familia, la obligación de cuidar de personas mayores… En la vida, hay muchas situaciones que pueden atraer grandes responsabilidades y retos que, de manera inevitable, conllevan una buena dosis de estrés si no conservamos los hábitos saludables necesarios.
Y quiero dejar algo claro: no importa si es una situación complicada o sencilla, lo más importante es la percepción que tú tengas de ella. Si no te deja pegar ojo hay que aprender a navegarla. Porque aunque tener grandes responsabilidades puede ser un desafío emocionante para superarte, también puede convertirse en una pesadilla para el bienestar y el equilibrio de tu vida.
De hecho, no podemos olvidar que el estrés también afecta de manera directa a tu cuerpo. No solo puede afectar a tu calidad de vida, causando agotamiento, ansiedad, dificultades para dormir… Si no que también, al cabo de un tiempo, puede pasarte una factura muy cara en tu salud física.
En este artículo veremos en profundidad cómo las grandes responsabilidades aumentan el estrés y afectan a tu vida diaria. Además, compartiré contigo ejercicios prácticos que te ayudarán a apagar esta sensación de alarma constante y volver a cuidar de tu salud. ¿Empezamos?
Contenido del artículo
Cómo el cuerpo y el cerebro responden ante la responsabilidad
¿Te has preguntado alguna vez cómo actúa tu cuerpo ante situaciones exigentes? Cuando asumimos responsabilidades importantes en nuestras vidas, nuestro cuerpo y cerebro entran en acción para manejar la carga de la mejor manera posible.
La personalidad de la persona también entra en juego. A menudo, las personas que se encuentran en posiciones de responsabilidad son exigentes, controladoras y retadoras. Siempre están dispuestas a aceptar un nuevo desafío.
Si crees que estos adjetivos te representan, quiero que sepas que también es necesario aprender a gestionar esta parte más emocional, para frenar la autoexigencia que puede aumentar notablemente tu estrés y ansiedad.
Esta predisposición puede estar influenciada por factores genéticos que afectan la forma en que metabolizamos las hormonas del estrés, lo que nos lleva a un campo fascinante conocido como epigenética. La epigenética se refiere a los cambios en la expresión genética que ocurren sin alterar la secuencia de ADN, y puede ser influenciada por los factores ambientales, el estilo de vida y el estrés.
Al tener dificultad al metabolizar las hormonas, puede haber una acumulación de estas en el cuerpo. Como consecuencia lleva a una respuesta prolongada de estrés y a un desequilibrio en el sistema. A medio plazo, incluso puede atraer efectos negativos y algunos de los síntomas más típicos que se manifiestan en el cuerpo: desde dolores de cabeza prolongados, hasta el desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Prácticas para mejorar el estrés laboral y personal ante una gran responsabilidad
A pesar de que lo más importante para mantener el estrés a raya es cuidar de los hábitos saludables esenciales (descanso, deporte y nutrición), otra manera efectiva de afrontar una situación difícil es a través de la organización de prioridades. Sobre todo en estas épocas que la vida nos pide un poco más de nosotros mismos, es muy importante que mantengas el foco de atención en las tareas cruciales, pero también que respetes tus tiempos de descanso y de desconexión.
¡Vamos a quitar hierro al asunto! Para que puedas empezar a mejorar tu bienestar desde hoy mismo, vamos a ver cuatro prácticas de productividad que puedes empezar a aplicar, ya sea en el entorno laboral o personal.
Mejora la gestión del tiempo y la organización
Como nos recuerda la expresión popular: el tiempo es oro… Todavía más si tenemos mil cosas por hacer. Por eso, una de las prácticas que te ayudará a gestionar mejor el estrés es empezar a mejorar la gestión de tu agenda.
Escribe en un papel todo lo que tienes que hacer y empieza a detectar las prioridades principales. Cuando las tengas localizadas, asigna en tu calendario bloques de tiempo en el que te comprometes a centrar todas tus energías a solucionar esta cuestión. Poco a poco, podrás ir tachando tu lista de tareas… Sin pensar en todas las otras faenas que quedan por hacer.
Controla los ladrones de tiempo
Los ladrones de tiempo siempre han existido, pero desde la aparición de las redes y, sobre todo, de los smartphones, se han acentuado todavía más.
¿Qué son los ladrones de tiempo? Pues son todas estas actividades y herramientas que te quitan el foco y la energía de la tarea más importante que te has comprometido a realizar: cuidar tu salud y mantener esos hábitos saludables que te ayudan a evitar sufrir estrés laboral.
Por ejemplo, en el trabajo pueden ser reuniones innecesarias, notificaciones irrelevantes o un vídeo viral que te podrías haber saltado. En el ámbito personal, pueden ser las redes sociales, un imprevisto que podrías haber evitado o aquella serie de televisión que te encanta ver. Enfócate en la tarea más importante, y ya disfrutarás en el tiempo destinado al ocio.
Evita el multitasking
Aunque parezca que hacer varias tareas a la vez nos hace más eficientes, en realidad lo único que conseguimos al saltar de una tarea a otra es generar más estrés y disminuir nuestra productividad. Nuestro cerebro es como un ordenador: cuantas más funciones distintas le pedimos hacer, menos rendimiento nos ofrece.
Por eso, al final del día nos sentimos tan fatigados. Necesitamos, literalmente, recargar las pilas.
Así que la próxima vez que quieras seguir una formación y mirar el correo de escondidas, ¡piénsatelo dos veces antes! Además, al terminar una tarea se liberan neurotransmisores y hormonas, como la dopamina, que te ayudarán a sentirte satisfecho y a seguir con tus tareas con mayor motivación.
Trabaja por objetivos
Una de las maneras más efectivas para llevar tu día con mayor aplomo, a pesar de tener grandes responsabilidades, es estableciendo qué tareas exactas necesitas terminar. Por eso, antes de empezar el día establece de 3 a 5 metas clave, que te ayuden a mantener tu dirección, incluso ante urgencias.
Cuando eres la persona responsable también es muy típico que tengas que apagar fuegos. Si ya sabes que es así, deja huecos en tu agenda para que puedas gestionar los imprevistos de manera rápida y eficaz. Así sabrás que, pase lo que pase, tu planificación no va a saltar por los aires.
Adiós al bucle: hábitos saludables para reconectar contigo y recuperar tu identidad
Sentirse estresado en momentos puntales es normal. Lo que no podemos normalizar es que este estrés dure días, semanas e incluso meses. De hecho, he conocido muchos casos de personas que al llegar a la consulta me dicen: “ya no sé quién soy, me he perdido en el camino”. Por supuesto que lo sabes, solo hace falta poner en perspectiva tu situación para volver a conectar contigo.
¿Tienes la sensación que estás atrapado en un huracán de pensamientos y emociones que despiertan todas tus alarmas? Si es así, quiero que sepas que hay muchas maneras de ponerle freno a tu situación. Y muchas de ellas no solo tratan de cambiar un hábito, sino de escuchar qué te está diciendo tu cuerpo (¿le falta nutrientes? ¿Necesita más movimiento?) para encontrar una solución única para ti.
Si sientes que no puedes parar de pensar, uno de los hábitos saludables que recomiendo a mis clientes es que empiecen a anotar sus ideas en una libreta, sobre todo antes de irse a dormir. El simple hecho de apuntarlo, de sacarlo de tu mente, te ayudará a liberar tus pensamientos y a conciliar el sueño con mayor facilidad.
Después de escribir las ideas en la libreta, la cierras y la guardas en un cajón. Así la mente percibe que cierras ese tema y podrá relajarse para poder descansar y recuperar la energía que necesitas.
DESCONECTA
Es muy recomendable que apagues todas las pantallas (tele, móvil, ordenador) al menos dos horas antes de acostarte. Dedica este tiempo a hacer estiramientos, leer, tomarte un baño, meditar… Y probar nuevos hobbies y actividades manuales, como la costura, pintar o esculpir.
De este modo, le mandarás señales directas a tu cuerpo para que pueda relajarse y prepararse para un sueño reparador.
Y si todavía no has incorporado el deporte en tu rutina, este debería ser tu propósito principal. El deporte tiene un efecto desencadenante increíble. Por el simple hecho de ponerlo en práctica, se liberan un montón de hormonas que permiten a tu cuerpo mejorar la gestión de tu estrés.
Si no tienes la costumbre no hace falta que empieces por algo muy exigente. Aprovecha cada día para dar un paseo, practicar yoga o empezar a levantar algunas pesas ligeras. Para volver a recuperar tu bienestar y serenidad, lo más importante es que te empieces a priorizar.
¿Sufres de estrés crónico? Recuerda que debería ser puntual
Como te he comentado en el principio del artículo, es normal que pases épocas con algún pico de estrés, sobre todo si eres una persona a quien le gustan los retos o quiere incorporar cambios en su vida.
Sin embargo, recuerda que este momento debería ser solo una pequeña época y no debería alargarse en el tiempo.
El cuerpo no puede mantenerse con eficacia con más de 6 semanas seguidas de estrés. Y en el caso de que sientas que no sabes cómo salir de este remolino… Quizás ha llegado el momento de buscar apoyo y soporte profesional que te guíe para cuidar tu cuerpo y reconectar contigo.
Deja tu comentario