A lo largo de este artículo hablaremos de como la psicobiología puede ayudarte a mejorar tu salud, entendiendo el importante papel que juegan, no solo las emociones, sino también una correcta regulación de las hormonas y la microbiota.
Pero empecemos por el principio.
Contenido del artículo
¿Qué es la psicobiología?
Hemos hablado varias veces en este blog del importante papel que juega nuestro sistema nervioso, regulando muchas de las actividades de nuestro cuerpo.
Toda la información que recibimos de nuestro entorno (lo que vemos, lo que oímos, lo que olemos, lo que degustamos y lo que sentimos) es captado por unos receptores específicos de nuestro cuerpo, que procesan y dan una información al cerebro. Y este, a su vez, se ocupa de integrar estos estímulos y dar una respuesta adecuada.
Por tanto lo que comemos, respiramos y absorbemos también tiene un efecto en nuestro sistema nervioso y en nuestro cuerpo.
Algunas de las respuestas que proporciona nuestro cuerpo son:
- Psicológicas: conductas, pensamientos, sentimientos y emociones. Muy relacionado con el aprendizaje y la memoria.
- Biológicas: actividad del sistema inmune, endocrino y bioquímico para conseguir una condiciones internas estables del organismo (homeostasis).
La psicobiología de Olga Esparch. Mi psicobiología.
Empezaré contándote algo sobre mí que quizás no conozcas.
Sabes, mi primera especialidad en la medicina integradora fue la PNIE.
Pero, ¿qué es esto exactamente? La PNIE es la disciplina que estudia la interrelación entre sistema nervioso, endocrino e inmunitario. Es decir, la relación entre cuerpo y pensamientos, emociones y conducta.
Y es así como yo contemplo la psicobiología, como una parte de la PNIE. Ya que la biología no solo influiría en el comportamiento, sino que el propio comportamiento y las emociones incidirían a su vez en la biología.
Esto que parece tan enrevesado, en realidad es muy sencillo. Déjame explicártelo con un ejemplo.
Imagina que te sientes ansiosa y dándole vueltas a la cabeza por un problema familiar. Los días pasan y cada vez piensas más en ello y no puedes ni dormir. Sin pretenderlo, estos pensamientos han tenido un efecto en tu cuerpo y al dispararse las hormonas del estrés tu sistema inmunitario será menos eficiente.
¿Ves? En este caso la psique ha afectado a la biología.
Y esto no es nuevo. Atenta al siguiente dato curioso.
CURIOSIDAD
¿Te suena aquello de que la mente y el cuerpo no se pueden separar?
Hace miles de años en India o China ya se practicaba la medicina ayurvédica y china y tenían claro que para curar se tenía que relacionar el cuerpo y la mente.
En la Antigua Grecia en el siglo IV antes de Cristo, Aristóteles decía que “un cambio en la psique produce un cambio en el cuerpo y viceversa”
Y por su parte, en el siglo XIX, Descartes y Darwin separaron este binomio. Aunque no fue hasta principios del siglo XX que a través del estudio de las enfermedades psicosomáticas y el estrés no se empezó a conocer el cuerpo integralmente.
Entonces, ¿por qué en nuestros tiempos se sigue tratando la enfermedad y el cuerpo como comportamientos estancos?
El papel de las hormonas en la psicobiología
“Mis hormonas me ayudan a decidir”.
Esto que te parece tan irreal es algo que han podido comprobar diversos estudios que demuestran que el comportamiento puede estar influenciado por las hormonas.
Principalmente afectan en la impulsividad, la motivación, el afecto, o por la falta de ellos como la apatía, la dejadez o el abandono.
Las hormonas que regulan esto son los neurotransmisores como:
- Dopamina: influye en el interés y placer por las cosas, así como en la motivación.
- Serotonina: juega su papel en las decisiones positivas relacionadas con el bienestar y la alegría, y el control por la comida y la ansiedad.
- Hormonas sexuales (estrógenos y oxitocina): nos preparan para la ovulación, la maternidad y la lactancia. Tienen control sobre el buen humor, la ternura, la confianza y el deseo sexual.
- Hormonas de estrés (cortisol y adrenalina): dan el impulso para acelerarnos y salir del peligro. Activan, alertan y nos dan vitalidad.
Vamos a ver algunas de ellas con más detenimiento.
Hormonas sexuales
Las hormonas sexuales son aquellas que provocan la diferenciación sexual y contribuyen en la reproducción humana. Pero además, al regular nuestro deseo sexual van a condicionar nuestro estado de ánimo y comportamiento. Interesante, ¿verdad?.
Estudiemos de cerca algunas de estas hormonas:
- Oxitocina: tiene relación con las relaciones sociales, la afectividad, la crianza. Unos valores alterados pueden provocar tristeza, depresión o falta de empatía.
- Estrógenos: es la hormona femenina por excelencia. Es la encargada de la ovulación. En equilibrio provoca: vitalidad y aumento de libido. En desequilibrio: ansiedad, labilidad emocional, tristeza, irritabilidad, disminución libido.
- Testosterona: es la hormona masculina principal. Es la encargada de la producción de espermatozoides. En equilibrio provoca impulso sexual, seguridad, decisión. En desequilibrio puede ocasionar disminución libido, apatía, irritabilidad, agresividad.
- Progesterona: tiene mucha importancia en la segunda parte del ciclo menstrual de la mujer. Tiene efectos claros en la depresión y la ansiedad.
Hormonas de estrés
Lo primero que no tienes que olvidar es que el estrés es un mecanismo de defensa para nuestra supervivencia que se activa en momentos de peligro o amenaza.
Por lo tanto estas hormonas provienen de la glándula suprarrenal y nos preparan para huir o luchar para protegernos y sobrevivir.
Las hormonas de estrés son:
- cortisol
- endorfinas
- adrenalina, noradrenalina
- prolactina
Pero para entender su papel hay que recordar que el estrés se compone de varias fases:
- Fase de alarma: es el momento que se activa toda nuestra energía para abordar el factor estresante. Es muy rápida. Se activan las catecolaminas. Son substancias mensajeras químicas que activan nuestro cuerpo y mente. Las principales catecolaminas son la adrenalina y noradrenalina y son las responsables de la resistencia física y psíquica del estado de alerta mental y del aumento de la TA, FC, FR activación sangre en nuestros músculos.
- Fase de adaptación: se deben restablecer los mecanismos compensatorios del organismo. No puede durar más de 6 semanas. En esta etapa tienen un papel fundamental el cortisol y las endorfinas.
- El cortisol: ayuda a la resistencia al estrés, activa, estimula la capacidad conductual y media en la bioquímica metabólica para obtener más energía.
- Endorfinas: promueven la calma, bienestar, reducen el dolor. Necesarias para poder resistir al efecto estresor.
- Fase de agotamiento: cuando se mantiene el efecto estresor hay una capacidad para seguir regulando el equilibrio. Desaparece la buena respuesta fisiológica. Nuestro cuerpo se agota. En ese momento:
- Cae el cortisol: agotamiento físico y psíquico. Mente ausente, dificultad de concentración, perdida de memoria, perdida de libido, hipersensibilidad emocional cansancio por la tarde y euforia por la noche, insomnio, malas digestiones, infecciones…,etc
- Cae la dopamina: menos capacidad de decisión
- Aumenta la prolactina: más tristeza
¿Por qué es importante conocer las funciones de cada una de estas hormonas? Porqué de ellas dependerá en gran parte los trastornos emocionales que puedas padecer.
Mi pregunta es: ¿sabes si están bien reguladas en tu cuerpo?
Bacterias intestinales en los procesos mentales
A lo largo de este artículo estamos viendo el importante papel que juegan las hormonas en la regulación de nuestras emociones pero… ¿qué ocurre con nuestro sistema digestivo?
La ansiedad, el desánimo, la agresividad, el autismo, el colon irritable y algunas enfermedades neurodegenerativas tienen en común una alteración de la microbiota intestinal a la que llamamos disbiosis.
¿Qué es eso de la microbiota?
Es el es conjunto de millones de microorganismos que conviven de manera simbiótica en nuestro organismo. La composición de estas bacterias se debe a múltiples factores como la dieta, el sueño, el estrés, los fármacos y las emociones y pensamientos.
Es importante conocer que esta composición varía en el intestino al largo de nuestra vida y hay una conexión bidireccional entre la microbiota del tracto digestivo y del sistema nervioso central. Es lo que conocemos como eje intestino-cerebro.
La comunicación se establece por el nervio vago, la liberación de hormonas y neurotransmisores y por la acción de unas substancias (citocinas) del sistema inmunitario.
Mantener un buen equilibrio de estas substancias que participan en nuestro comportamiento pasa por tener unos buenos hábitos alimentarios y emocionales para evitar inflamaciones intestinales y cambios en la microbiota.
Cómo puede ayudarte la psicobiología
Soy consciente de que parece difícil abordar enfermedades o sintomatología cuando aparece la palabra psico en cualquier tema sanitario. Pero créeme, es mucho más fácil de lo que parece y nos garantiza llegar a un diagnóstico veraz y a las verdaderas causas de lo que el paciente está sintiendo.
¿Quieres saber cómo lo trabajo yo en consulta?
Indagando, preguntando, observando e investigando sobre el estilo de vida del paciente con preguntas como:
- ¿Cuéntame tu día de trabajo?
- ¿a qué te dedicas?
- ¿te gusta?
- ¿con quién vives?
- ¿cómo es la relación con tu familia, amigos, pareja?
- ¿cuándo, qué y cómo comes?
- ¿cuántas horas duermes y a que horas?
- ¿cómo es tu estado de ánimo?
- ¿haces ejercicio?
- ¿tomas el sol?
- ¿qué enfermedades has tenido?
- ¿naciste en parto natural o cesárea?
- ¿tomas medicamentos?
- …
Como ves, es un trabajo complejo que requiere tiempo y mucha escucha y que debe ir complementado con algunas pruebas ( analíticas de sangre, de heces… etc).
Pero gracias a ello podemos saber entre otras cosas si en tu organismo se está produciendo:
- Falta o sobra de vitaminas
- Déficit de minerales
- Intoxicación de metales
- Intestino inflamado
- Estrés crónico
- Desequilibrio hormonal
Y poniendo foco en ello podemos ayudar y solucionar muchos problemas:
- Desánimo
- Labilidad emocional
- Inquietud
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Estrés
- Cansancio físico y emocional
En definitiva, a través de pautas nutricionales, corrección de hábitos y manejo del estrés conseguiremos mejorar notablemente tu estado anímico y físico gracias a la psicobiología.
Ya lo decía William Shakespeare:
“Nuestros cuerpos son nuestros jardines. Nuestras voluntades, los jardineros”.
¿Tienes dudas? Cuéntame tu caso en los comentarios o escríbeme para que podamos poner ya a trabajar en ello.
Tu salud hecha realidad.
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